El verano es la época con mayor riesgo de incendios forestales, debido a las altas temperaturas, a la escasa humedad del ambiente y a la existencia de material vegetal seco en los bosques. Cualquier chispa, llama o fuente de calor puede ocasionar un desastre natural, por lo que es conveniente extremar la precaución durante el período estival, pues más del 90% de los incendios se deben a la actividad humana.

Los incendios han ido a más en los últimos años, agravando la situación medioambiental y empeorando el cambio climático, que, a su vez, intensifica la aparición de los mismos. Por suerte hay un listado de acciones con las que se puede prevenir y disminuir el riesgo de ocasionar un incendio:

No abandonar residuos que puedan causar fuego, como botellas y objetos de cristal, colillas o cerillas, papeles o cualquier otro material inflamable.

Evitar hacer fogatas, barbacoa, quemar rastrojos o restos agroforestales durante el período con más riesgo, que va del 1 de junio al 1 de noviembre, aumentado al mediodía, al atardecer y en los fines de semana de julio y agosto.

Asegurar el apagado de las brasas al acabar echando tierra o piedras para impedir que se propague, y recoger la basura generada. 

Tener precaución en las zonas más peligrosas, sobre todo en las casas situadas en ellas, no plantando especies que ardan fácilmente, como cipreses, no utilizar la barbacoa los días de viento y dejar los residuos en contenedores.

Escoger un buen sitio para aparcar el coche, dejándolo en zonas habilitadas para ese fin, libres de pasto o matorral seco, pues si el tubo de escape entra en contacto con ellos puede incendiar.

Solicitar el permiso a las autoridades competentes si se quiere hacer cualquier tipo de fuego, ya que serán los que se aseguren de que se haga en el día, en la hora y bajo las condiciones correctas. 

Cuidar los bosques a través de un tratamiento y gestión de los mismos, dado que los trabajos de prevención, planificación y preservación resultan necesarios para reducir los incendios forestales y su impacto en el entorno. Por eso es tan importante hacer una limpieza de matojos y restos en los bosques, y plantarlos con especies autóctonas o resistentes al fuego.

Reaccionar de manera correcta ante un incendio, pues el tiempo es un factor que juega en contra, por lo que hay que avisar con rapidez al 112 de Emergencias o as 062 de la Guardia Civil y escapar lo más deprisa que se pueda en contra del viento o por un lateral, nunca hacia un barranco, y si se va en coche, cerrar las ventanillas. Si se decide participar en las labores de extinción, hacer caso a los expertos siempre y nunca quedarse solos.



Hay que tener especial cuidado cuando se realicen actividades agrarias o ganaderas, pues existen maquinarias y herramientas con alto potencial incendiario. Lo ideal sería evitar echar mano de ellas, pero si se usan se deben cumplir las siguientes recomendaciones:

 - Asegurar los tubos de escape de las máquinas, comprobando que funcionan de manera correcta, sin filtraciones, y situarlos lejos de pasto seco. 

Seguir los programas de mantenimiento y limpieza, pues cualquier pieza en mal estado o llena de suciedad puede arder y ocasionar un incendio. También es importante conservar los extintores llenos.

Ser precavidos a la hora de usar herramientascomo una desbrozadora, una motosierra o una soldadora, pues producen chispas, llamas y calor, por lo que deben usarse en terrenos limpios.



Es necesario recordar que la prevención de los incendios es tan fundamental como su extinción, siendo así oportuno ayudar a propagar la conciencia ambiental, compartiendo con los demás las claves para evitar incendios, retirando residuos que puedan arder o incluso apagando bien una fogata abandonada.